EspiritualidadEspiritualidad Cristocéntrica

MISION

La espiritualidad de la hermanita es, ante todo, cristocéntrica, es decir, Cristo es el origen, centro, impulso y meta de su vida.

 

El sentido y la raíz profunda de su  existencia, radica en su relación de ofrenda esponsal que le lleva a la entrega total de su ser a Jesús. Esta intimidad la fomenta y cuida en la oración, tiempo destinado a estarse a solas con Él para decirle que le ama y sobre todo para dejarse amar...

A Jesús le encuentra también en el ejercicio de su carisma peculiar, en la asistencia a los ancianos como si fueran el mismo Cristo, así nos lo transmitió nuestra Fundadora: “En casa tenemos esa parte escogida de Dios, que son los pobres, y cuanto hiciéramos por ellos, Jesús lo recibe como hecho a su persona".

La vida de la hermanita es una historia de amor a Jesucristo adorado en la Eucaristía y servido en los ancianos.



 Espiritualidad Mariana

La Virgen María está muy presente en la historia de la Congregación desde sus orígenes. Cuando el siervo de Dios Saturnino López Novoa y Santa Teresa Jornet con las primeras hermanitas llegaban a Valencia el  8 de mayo de 1873, para empezar la misión que el Señor les había confiado, la primera visita fue a la Stma. Virgen de los Desamparados en su basílica.  A ella consagran la obra y la ponen bajo esta advocación. 

Los Fundadores siempre nos motivaron a tener “memoria viva de la consagración filial de nuestro humilde Instituto a ella, esforzándonos con amorosa fidelidad a hacerla real y actuante en la comunidad y en la intimidad de nuestra vida espiritual” (Constituciones 171).

La hermanita manifiesta el amor a la Virgen con el deseo de imitarla en su fidelidad al plan de Dios;  la celebración de sus fiestas y  con las oraciones cotidianas en su honor, sobre todo el santo Rosario, de tanto contenido espiritual proponiendo a nuestra consideración los misterios de la vida de Jesús.

 

Espiritualidad de abandono en la Providencia

La hermanita de los Ancianos Desamparados es invitada a vivir gozosamente descansando en la amorosa providencia de Dios, con la ternura y confianza de una niña que conscientemente está siempre segura y feliz en brazos de su madre “Confíen en el Señor que no las desamparará, ya que en los mismos ancianos sirven a Aquel que cuida hasta del más pequeño pajarito y de las flores de los campos”  (Constituciones 207). Es también para nosotras una forma de ser y sentirse pobres, desprendidas y disponibles.

Santa Teresa Jornet repetía con frecuencia: “La providencia es mi querida Madre que nunca me ha faltado” y también: “Descanso en la Divina Providencia, que nunca nos ha faltado...”.

La historia de la Congregación está salpicada de anécdotas en las que se ha visto muy palpable la mano de la Providencia en momentos puntuales, como en casos de carecer de medios para cubrir una necesidad apremiante, y después de implorar al Señor, haberse presentado un bienhechor, en el momento oportuno, con aquello que se necesitaba, aunque nuestra espiritualidad de la confianza en la Providencia no se reduce únicamente al ámbito de lo material.

 

 Estilo de vida sencillo

En referencia al Cristo pobre y las condiciones de vida de los hermanos y hermanas que sirve, la hermanita opta por un estilo de vida sencillo, de trabajo y abnegación. Vive en comunidad, compartiendo lo que es y lo que tiene, marcada por la fraternidad y la oración que alimenta la espiritualidad y la misión.